Metta

notas

Papá Coach vuelve con…

…su Agenda de Adviento en

www.papacoah.es/blog

65058_308845185894861_1525803810_n

¿Con o sin ti?

Empezamos el nuevo curso. Llega septiembre e intentamos volver a la mecánica de la rutina: despertador, horarios, timings, el trabajo, los niños, las tareas de la casa, etc.

Si has disfrutado de vacaciones el mes pasado, ahora seguramente te encontrarás con la demanda de tu rutina habitual, como un engranaje que debe funcionar sí o sí.  No estás solo/a. Están los niños, la familia, los clientes, el jefe, los compañeros de trabajo, los vecinos, los amigos. El caso es… ¿estás tú? En todo este puzzle… ¿no te habrás olvidado de la pieza principal, verdad?

 

¿Cómo puedes atender a los demás sin olvidarte de ti?

¿Qué has de hacer para estar por ti y todo o parte de lo demás?

Y ¿pensar y sentir?

¿Qué te apetece hacer para llegar a sentir que todo encaja?

¿Cómo puedes lograrlo a corto plazo?

Y, ¿a largo plazo?

 

Septiembre suele ser un mes complicado. Haz que “la rentrée” no te queme antes de tiempo.

¿Con o sin ti?

¿Te posibilitas o imposibilitas?

Una definición de miedo que me gusta mucho es la siguiente: “miedo = anticipación del dolor”.  Ese dolor, que no existe todavía en nuestro presente y que puede no existir tampoco en el futuro, lo imaginamos y magnificamos. No es real, al menos aún. Esos culebrones, esos dramas o esos desastres están en tu mente. Y una cosa es la prevención y otra la dramatización.  Por eso es tan importante centrarse en el presente y cultivar la mirada adecuada sobre éste y sobre el futuro.

¿Vaso medio lleno o medio vacío? Éste es el tema.

De uno/a depende que posemos la vista en un lugar u otro. Una mirada que nos posibilita, es decir, que nos inspira y crea posibilidades ante las situaciones en las que nos encontramos es de suma importancia, y se puede cultivar. Es más: depende únicamente de nosotros/as.

Así pues, en nuestras manos está:

  • Centrarnos en nuestro presente
  • Ocuparnos de éste
  • Depositar nuestra mirada sobre lo que nos beneficia
  • Y así posibilitarnos y empoderarnos a nosotros/as mismo/as

¿Dónde estás: en el presente o en el futuro? ¿En el pasado, quizás?

¿En qué lugar estás mirando?

¿Cuál es tu punto de partida: pesimista u optimista?

¿Te estás posibilitando o imposibilitando?

¿De quién depende?

Entonces…

¿Amor o desamor?

 

 

 

 

 

Hoy 14 de febrero,  el tema es el amor. Lo vemos y lo oímos. Algunos se suman a esta tradición y otros no.  Al margen de los convencionalismos, la pregunta a formular hoy en este blog más bien sería: ¿Te amas o no te amas?  Y a ésta se suman las siguientes:

¿Qué haces, dices, piensas y sientes que esté reflejando tu auto-amor?

Si te amaras profunda e incondicionalmente, ¿cómo sería en tu caso concreto?

¿Qué deberías hacer según tú para que ese amor hacia ti mismo/a se expresara en toda su magnitud?

¿Hay algún freno que te impide sentirte amado/a por ti?

¿Cuál es o cuáles son, y cómo puedes hacer para resolverlos?

¿Qué más podrías hacer para amarte? ¿Hay algo nuevo que podrías hacer hoy? ¡Hoy mismo!

¿Cómo se refleja este auto-amor en el amor que sientes hacia los demás y tu entorno?

¿Lo expresas? ¿Cómo?

¿Con la voz? ¿Con un gesto? ¿Con un acto? ¿Con alguna creación?

¿Cómo?

Si te amas, amarás. El amor fluye. Si no te amas, por mucho que te amen, no lo sentirás plenamente. La interferencia estaría en ti. La autoestima es la base para el amor hacia los demás y lo demás. Empieza por el principio: ámate primero y ama luego como una prolongación de tu auto-amor.  Recibir amor es sólo una consecuencia.

Entonces… ¿te amas o no te amas?

¿Crecer o morir?


¿Hay alternativa? Crecer forma parte de nuestra naturaleza. No hay forma de vivir la vida, me refiero a vivirla plenamente, sin crecer con ella. No a expensas de ella. Eso ya no sería crecer. Quizás sobrevivir. Morir en vida…. Una gran mentira.

La única alternativa es crecer con, a través de y gracias a ella… la vida.  ¿Cómo? Aprendiendo. Poseemos unas facultades mentales, emocionales, sociales y espirituales, por no mencionar la  fantástica máquina que es nuestro cuerpo, que nos dotan para vivir aprendiendo y creciendo.

Ante una situación en la que estés sufriendo:

  • Obsérvala desde fuera
  • Intenta observarla desde otro punto de vista
  • ¿Cómo es tu punto de vista original? ¿Estás viviendo la experiencia desde la responsabilidad o desde el papel de víctima?
  • Desde un punto de vista responsable, ¿qué puedes aprender de esta situación? ¿Qué mensajes rescatas sobre ti?

Ábrete, no te identifiques absolutamente con la situación, mírala desde fuera y desde otros puntos de vista, y crece con ella: acéptala, intégrala en tu vida y aprende de ella.

Siempre hay algo de gran valor que aprender

¿Contexto o contenido?

¿Qué es lo que hemos aprendido en nuestra cultura? Hemos repetido una y otra vez el hábito de centrarnos en el contenido utilizando un solo contexto. Cuando experimentamos una situación desagradable, nos anclamos en lo desagradable que (supuestamente) es (pero nos olvidamos del «supuestamente») y no en lo desagradable que nos resulta ahora. Sí, he dicho “que nos resulta” y “ahora”.

“Que nos resulta” porque no se trata más que de un tipo de percepción. Otra persona puede verlo de otro modo. Y “ahora” porque tú mismo/a puedes verlo de otro modo en otro momento de tu vida. Con ello, me estoy refiriendo al contexto. Estamos viviendo la situación como desagradable porque nos lo resulta. No estamos viendo que es una óptica particular de un momento particular. No estamos viendo que es un juicio. El contenido es la situación en sí, que por naturaleza, existe tal cual es.

Y con contexto me estoy refiriendo a tu forma de verla  e interpretarla, que por definición tu percepción solo puede ser subjetiva. Así tildas tu situación, es decir tu contenido, de “bueno” o “malo” según tu interpretación de los hechos.

El peor error que podemos cometer ante una situación es NO ACEPTARLA tal cual es. Un apunte: aceptarla no es claudicar y no ocuparse de la situación. No es victimizarse. Bien al contrario: aceptar te da poder y te abre a la creatividad ante las posibilidades que te ofrece. Tu actitud puede llevarte a aceptar tu situación o no. Y lo que deberías hacer, para empezar, es aceptar lo que es porque es. Sin más. A partir de ahí, cambia de contexto:

¿podrías ver tu situación de otra manera?

¿Cómo sería esta manera si al mismo tiempo tuvieras en cuenta tus valores más profundos?

¿Y cómo sería si te amaras pase lo que pase?

¿Cómo sería este cambio de contexto si hicieras las paces contigo mismo/a?

El primer paso ante cualquier situación es ACEPTARLA  tal cual es sin enjuiciarla. ¿Qué vas a hacer? ¿Negarla? Negarla no hace más que añadir más sufrimiento. Negarla es quitarte poder. Te debilita. Te victimiza. Te paraliza y te quita posibilidades de acción. Empieza por aceptarla y luego juega a verla de otro modo. Busca el modo o los modos que te ayudan a sentirte bien contigo mismo/a. Flexibiliza tu mente.

Feliz Navidad


FELIZ NAVIDAD

¡Feliz Navidad a todos y todas!

Gracias a Live Vest Inside por inspirarnos

Un gesto sencillo, unos resultados asombrosos

¿Claro u oscuro?

Cuando nos comprometemos con nuestra metta, ese objetivo que hemos convertido en «finalidad», los obstáculos se relativixzan…, y mucho.

«El compromiso abre las puertas de la imaginación, facilita la visión y nos da lo que necesitamos para hacer realidad nuestros sueños» James Womack

Comprometerse es tomar una decisión y mantenerla hasta el logro del objetivo. Comprometerse no es un «me gustaría…», «ojalá pudiera…», «estaría bien…». Comprometerse por el contrario es un  «Yo quiero…» y «yo decido…», con un HACER. Comprometerse es la conjunción de decisión (pensamiento), pasión (emoción) y hacer algo para conseguirlo (acción).

Por ello, cuando hablamos de comprometernos con nuestra metta, en realidad estamos hablando de Finalidad.

¿Tienes clara tu finalidad?

¿Cuál es el motivo de tu metta?

¿Cuáles son los valores que la sustentan?

Cuanto más clara y definida tengas tu metta, más la verás. Esa visión construirá tu finalidad. Y esa finalidad se mantendrá gracias a tu pasión en acción. Eso es compromiso contigo mismo/a y tu metta.

¿Consciente o inconsciente?

Si asumimos que la felicidad se construye con las propias experiencias vitales, si sabemos que la felicidad es un asunto personal interno, ¿qué es lo que nos frena interiormente? ¿La falta de costumbre? ¿El no saber por dónde empezar? ¿La resistencia, quizás?  ¿No te lo permites?

Pero, aun hay una cuestión más importante: ¿eres consciente de ello?

¿Eres consciente de lo que haces o no haces para sentirla? ¿Eres consciente de lo que piensas, de lo que sientes y de lo que haces?

¿Sabes concretamente  lo que sucede en ti, cuando estás a punto de sentir felicidad y no te lo permites?

¿O cuando no la sientes en absoluto? Entonces, en relación a lo que supone para ti la felicidad, ¿qué es lo que piensas? Concrétalo. ¿Qué es lo que sientes? Concrétalo. ¿Qué es lo que haces? Y concrétalo también.

Define con precisión qué es felicidad para ti

Concreta cuáles son las emociones que se sienten cuando uno es feliz, según tu perspectiva

Piensa en qué te lo impide internamente

Detéctalo, evalúalo, obsérvate cuando te suceda, indaga

¿Qué es lo que NO estás aceptando?

¿Puedes remediar esa resistencia?