Metta

notas

Archivo de contexto

¿Contexto o contenido?

¿Qué es lo que hemos aprendido en nuestra cultura? Hemos repetido una y otra vez el hábito de centrarnos en el contenido utilizando un solo contexto. Cuando experimentamos una situación desagradable, nos anclamos en lo desagradable que (supuestamente) es (pero nos olvidamos del «supuestamente») y no en lo desagradable que nos resulta ahora. Sí, he dicho “que nos resulta” y “ahora”.

“Que nos resulta” porque no se trata más que de un tipo de percepción. Otra persona puede verlo de otro modo. Y “ahora” porque tú mismo/a puedes verlo de otro modo en otro momento de tu vida. Con ello, me estoy refiriendo al contexto. Estamos viviendo la situación como desagradable porque nos lo resulta. No estamos viendo que es una óptica particular de un momento particular. No estamos viendo que es un juicio. El contenido es la situación en sí, que por naturaleza, existe tal cual es.

Y con contexto me estoy refiriendo a tu forma de verla  e interpretarla, que por definición tu percepción solo puede ser subjetiva. Así tildas tu situación, es decir tu contenido, de “bueno” o “malo” según tu interpretación de los hechos.

El peor error que podemos cometer ante una situación es NO ACEPTARLA tal cual es. Un apunte: aceptarla no es claudicar y no ocuparse de la situación. No es victimizarse. Bien al contrario: aceptar te da poder y te abre a la creatividad ante las posibilidades que te ofrece. Tu actitud puede llevarte a aceptar tu situación o no. Y lo que deberías hacer, para empezar, es aceptar lo que es porque es. Sin más. A partir de ahí, cambia de contexto:

¿podrías ver tu situación de otra manera?

¿Cómo sería esta manera si al mismo tiempo tuvieras en cuenta tus valores más profundos?

¿Y cómo sería si te amaras pase lo que pase?

¿Cómo sería este cambio de contexto si hicieras las paces contigo mismo/a?

El primer paso ante cualquier situación es ACEPTARLA  tal cual es sin enjuiciarla. ¿Qué vas a hacer? ¿Negarla? Negarla no hace más que añadir más sufrimiento. Negarla es quitarte poder. Te debilita. Te victimiza. Te paraliza y te quita posibilidades de acción. Empieza por aceptarla y luego juega a verla de otro modo. Busca el modo o los modos que te ayudan a sentirte bien contigo mismo/a. Flexibiliza tu mente.